jueves, 30 de octubre de 2008

RECUERDOS

De forma casual, he vuelto estos días sobre una canción que durante mucho tiempo tuvo un significado muy especial en mi vida, y de la que guardo recuerdos imborrables. Recuerdos que han vuelto ahora a renacer y que me devuelven una parte de mí que parecía muy lejana.
Volver a escuchar esa letra perfecta y ese maravilloso solo de trompeta es un auténtico lujo.


http://www.goear.com/listen.php?v=164221c


No puede haber nada mejor que darse cuenta de que a veces los recuerdos no nos tiran hacia atrás, sino que nos empujan hacia adelante con más fuerza...
Y es curioso: otra vez don Antonio en el camino, expresando como nadie aquello que a mí me gustaría decir


Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
- la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón".
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada".

sábado, 11 de octubre de 2008

BRINDEMOS QUE HOY ES SIEMPRE TODAVÍA

Hoy sólo comparto una de "mis canciones". Pura poesía, una música para no olvidar, y otra de esas grandes verdades de don Antonio.

"Hoy es siempre todavía"

Que no se nos olvide. Brindemos.

Ahora - Ismael Serrano

http://www.goear.com/listen.php?v=51f038c





Ahora que la adolescencia es

un septiembre lejano,

humo de cerveza en un portal,

un verano inacabado.

Algunos años en la facultad de ciencias.

Papeles escritos. Ron de Cuba. Hojas de yerba.

Un tren dormido en una vía muerta,

la luz de la ventana azul que siempre estaba abierta.



Ahora que quedan tan lejos las playas de Corfú,

las estaciones de trenes

de Praga, Hamburgo o Estambul.

Los viajes que trajeron a otros

vistiendo nuestros cuerpos.

La luz de una cafetería,

los amores conversos.



Ahora que te cansas

y las piscinas cierran,

y apura el último baño la luz de las estrellas.



Ahora que regreso a los lugares a donde quise huir

y nadie me espera allí.

Ahora que casi llego a fin de mes,

que amo a una mujer.



Ahora que pago las facturas,

que me besé en La Habana,

que sueño con Lacandona,

que ya no escribo cartas;

que cumplimos más años que promesas

que se hunden nuestros corazones

como la vieja Venecia.

Que llego tarde a los cines

y al fin del planeta.

Que alquilo un pequeño piso en un castillo de arena.

Ahora que duelen las resacas

que cortan como una navaja.

Ahora que nadie nos saluda

por los bares de Malasaña,

que pido auxilio, besos y comida por teléfono,

que fumo flores y lloro a veces mientras duermo.

Ahora que tiemblo como un niño abandonado,

ahora que viejos amigos nos han traicionado.



Ahora es el momento de volver a empezar

que empiece el carnaval,

la orgía en el Palacio de Invierno,

de banderas y besos.

Se cayeron mis alas y yo no me rendí,

así que ven aquí.



Brindemos que Hoy es siempre Todavía,

que nunca me gustaron

las despedidas.

viernes, 10 de octubre de 2008

¿FANTASEAMOS O VIVIMOS?

Llevo unos días con una amiga en plena reflexión sesuda y trascendental sobre el apasionante y complicado mundo de las relaciones personales. ¿Qué es mejor: el hombre que te presta atención, es caballero, te cuida, te da besos, te abraza... o el que pasa de ti, te habla sólo cuando le apetece, se marcha sin avisar, vuelve inesperadamente...?
Dicho así la respuesta parece clara, pero luego... ¿se puede saber por qué las mujeres no actuamos en consecuencia y elegimos lo que tenemos que elegir? Y supongo que al revés será lo mismo o muy parecido...

A mí, así de repente, sólo se me ocurre una respuesta (bueno, dos):

- Los primeros no nos gustan como pareja porque son nuestros amigos, porque nos quieren y en el fondo saberse querido a veces es más doloroso que saberse ignorado. Menuda paradoja. Porque no puedes estar segura de que lo que puedes darle es lo que quiere o necesita que le des. Y hacerle daño a un amigo debe doler mucho, pero mucho, ¿no?

- Los segundos nos gustan porque están siempre en nuestra cabeza, aunque sea para lo malo; porque nos divierten, nos hacen pensar y casi casi nos obligan a movernos y a actuar para hacernos notar. Qué peligroso.


Y, encima, una se acuerda de aquellos que por fuera, a primera vista, son del primer grupo... y por estar en ese grupo, esconden su verdadera cara, y nos hacen aún más daño.


Yo prefiero no tener que elegir. En el fondo,todo es un invento: nos hacemos nuestra propia imagen del otro sin preguntarle, le reconstruimos una identidad, y nos enamoramos de u odiamos esa creación que acabamos de hacer. A mí me ha pasado infinidad de veces, y siempre acabo reconociendo que quienes más merecen la pena son aquellos a los que menos caso hago, o peor aún, los que en muchas ocasiones he creído odiar.
Ya lo dijo don Antonio mucho mejor que yo: "Todo amor es fantasía"

¿Fantaseamos o vivimos?
Hoy soy toda preguntas