jueves, 26 de marzo de 2009

EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Una compañera investigadora me hacía llegar ayer un artículo sobre lenguas muertas o "en peligro de extinción". No sin cierta sorpresa, se lo había encontrado dentro de una revista científica de biología. Y es que comenzamos a ver que, poco a poco, las disciplinas sociales y humanas encuentran su espacio en el universo de la ciencia; observo cada día cómo los compañeros de asociación respetan y valoran mi trabajo tanto como lo hacen con los científicos de laboratorio y bata blanca. Otra cosa es lograr que "los de arriba" lleguen a pensar igual.
Yo no sé si las lenguas tienen o no algo que ver con la biología, de verdad que no tengo la menor idea acerca de por qué este texto apareció en la revista que apareció. Pero lo más llamativo es que la situación me trajo a la cabeza una reflexión a dos bandas sobre algunas cosas, o personas, que hoy día están "en peligro de extinción".
En el artículo se citaba un atlas preparado por la UNESCO en el que se recogen unas 3000 lenguas en desuso, poco visitadas por los hablantes, casi desconocidas o absolutamente perdidas. Leer aquello me recordó las muchas veces que llamé la atención a mis alumnos de filología por utilizar en las clases el asturiano frente al castellano, lengua de los textos que comentábamos. Y las muchas otras que aprecié la familiaridad con que todos empleábamos la lengua de "la tierrina" en contextos como el pasillo, los despachos, la cafetería, o los cambios de clase. Hoy mismo se me removió algo dentro al escuchar a una alumna pedirle a otra que dejara de expresarse en asturiano porque no la entendía... como no dejan de dolerme las ocasiones en que un amigo, aunque lo haga sin malicia, se ríe de alguna de mis expresiones porque le suenan a "rurales", "arcaicas"... ¿minoritarias?
No me arrepiento de defender el castellano por encima del asturiano cuando así estimo que debo hacerlo, cuando mi trabajo así me lo pide.
Pero tampoco me arrepiento de defender la lengua que desde siempre he utilizado en casa... simplemente porque sería incapaz de imaginarme sentada con mi madre charlando en un castellano perfecto.
Pero tampoco entiendo el asturiano "normativo", porque nunca lo he aprendido, porque no he ido a clases, porque muchas de esas palabras no las escuché siendo niña ni puedo escucharlas ahora allí donde vivo.
Y el caso es que todo esto pueden ser demasiadas contradicciones para vivir en un lugar donde posicionarse en uno de los dos bandos es lo más común y lógico. Será que yo estoy en peligro de extinción. Ojalá nunca lo esté ninguna de mis lenguas.

miércoles, 18 de marzo de 2009

EL ESPÍRITU DE LA PELUCA, 1ª parte

Utilizo muy habitualmente esta expresión, y en realidad creo que muy poca gente sabe a qué me refiero. Pues bien: ya iba tocando que en este blog aclarase algún punto "sensible" del tema. El capítulo de hoy se titula así: cómo vencer la timidez.
Si eres, como yo, alguien a quien no le gusta entrar solo en un local o, si lo hace, prefiere un lugar no demasiado abarrotado de gente -y mucho menos bailando-... necesitas una peluca.
Hace meses, cuando por primera vez visitaba Madrid para conocer a mis compañeros de asociación, me llevaron a un sitio que se ha convertido, desde entonces, en parada fija de todos -o casi todos- mis viajes a la capital. El Bukala.
Recuerdo haber entrado aquel día del brazo de alguien y con cierta reticencia: una calle estrechita, poco conocida; una puerta minúscula; escaleras de bajada... Pero al escuchar los primeros acordes, desapareció el problema. ¡Palito Ortega y su Corazón Contento!
Y así, hasta el infinito. Música de los 60 y 70, fundamentalmente. Algunos grandes temas -ya clásicos, en realidad- de la movida ochentera. Y algún -pocos- éxito de los 90.
Y lo mejor: pelucas para colorear los bailes, camareros acompasados con los movimientos de la gente, y gominolas acompañando las bebidas.
Y entonces, nació el espíritu... Alguien te da una peluca, te la pones no sin cierta vergüenza, te sacan un par de fotos haciendo el tonto, y a la que te das cuenta, estás bailando con un montón de rizos de color rosa en el pelo, muerto de risa, cantando a voz en grito y gesticulando la canción con alguien a quien probablemente no conoces demasiado.
Ya está: has sido poseído por el espíritu de la peluca. El espíritu de la diversión, de la desvergüenza, del buen rollo. Deberíais probarlo.
A partir de aquel día, la música que ambienta el local se convirtió, en mi forma de hablar, en "música de peluca". Otros la llaman "música hortera", pero como soy filóloga y me gustan los matices, reservo la segunda parte de esta reflexión sobre las pelucas para explicaros en qué se diferencian una canción de peluca y una canción hortera.
A ver si Cuchufletas y yo dejamos de discutir por el término...

miércoles, 4 de marzo de 2009

YO LES APOYO... ¿Y TÚ?

Ante los rumores aparecidos en prensa sobre la desaparición de las titulaciones de Filología Hispánica, Francesa, Clásica y Alemana en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, los alumnos y profesores de la Facultad de Letras manifestamos lo siguiente:

1) La eliminación de estas cuatro filologías supone la amputación de una parte fundamental del patrimonio cultural de la Comunidad Autónoma Vasca, con la disminución del capital intelectual y simbólico que ello supone y el coste social que implica en el marco europeo en que nos ubicamos.
2) Tal como define la L.O.U. y los Estatutos de la UPV-EHU una de las funciones principales de la Universidad es la “preparación para el ejercicio de actividades profesionales”, pero es indiscutible que entre las funciones que se definen para la institución universitaria en la propia ley, tal como recogen los citados estatutos, se encuentran también “la difusión del conocimiento y la cultura”, “el desarrollo de la ciencia […] así como […] la transferencia del conocimiento al servicio de la cultura, de la calidad de la vida” y la formación de una actitud “crítica”.
3) No puede estructurarse la enseñanza superior atendiendo exclusivamente a la servidumbre a un sistema económico y social que proyecta sus beneficios económicos a corto plazo. La rentabilidad social de los estudios humanísticos y de las filologías en particular es mucho mayor que los beneficios económicos directos que se producen en un sistema de mercado como el que soportamos.
4) El papel de la investigación y de la transferencia de conocimientos en Filología es sin duda más difuso que en los dominios de las ciencias duras, pero su impacto social y cultural es al menos tan profundo y duradero como el de aquellas.
5) La eliminación de las cuatro titulaciones de Filología en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea plantea el problema fundamental de la redefinición del saber en el estadio actual y del papel que la enseñanza superior, pública y de calidad, desempeña en nuestra sociedad.
6) La eliminación de estas cuatro titulaciones de la Universidad pública abre el debate sobre la implantación de un modelo privatizado en la enseñanza pública.
7) A su vez, la eliminación de estas cuatro titulaciones cuestiona y desarticula el futuro de la enseñanza secundaria en la Comunidad Autónoma Vasca y su valor como servicio público obligatorio e indispensable para la formación de los ciudadanos. ¿Qué sucederá cuando la demanda de nuevos filólogos en secundaria no pueda ser satisfecha? ¿Quién va a desempeñar esa labor?
8) Es necesario repensar el papel de la investigación y la transmisión del conocimiento en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y en la propia sociedad vasca, y el papel esencial que en ésta desempeñan los estudios de Filología.
9) El estudio de las filologías no es sólo un modo de erudición, sino una forma de profundización en la cultura y de construcción de una identidad histórica y social, tanto en nuestra comunidad como en el contexto europeo.
10) La Universidad debe seguir desempeñando el papel de garante de una conciencia crítica en la sociedad, a la que sirva como espacio de reflexión y de defensa rigurosa de los valores de un sistema plural.