domingo, 22 de febrero de 2009

EN COLLIOURE



Hoy hace setenta años que se marchó. Solo, anciano y expulsado de su propia patria,con una imagen apenas reconocible (así le retrataba Corpus Barga) se iba Antonio Machado en una habitación de un pobre hotelito francés, el Bougnol-Quintana, en Collioure.
Días antes, a finales de enero, acompañado por su madre -quien pensaba que salían hacia Sevilla-, caminando entre la lluvia y el frío, partía al exilio. La guerra finalizaba y miles de republicanos corrían la misma suerte.
Tras su fallecimiento, un pequeño papel encontrado en su bolsillo daba inicio, para muchos, a la poesía del exilio. Muy pocas palabras pero muy expresivas:
"Estos días azules y este sol de la infancia..."
Todo un canto de nostalgia y afecto hacia un territorio iniciático, el de la niñez, protagonista frecuente de varios de sus poemas, una vuelta a su primera etapa, cerrando el círculo de su magnífica trayectoria. Porque decir Machado es decir muchas cosas: es el poeta integral, que conjugó el compromiso cívico y la preocupación estética, que viajó del modernismo de signo romántico al arraigado apego noventayochista a la tierra castellana, dejando por el camino incluso lecciones, las de Juan de Mairena, de la mejor y más cercana filosofía.
Una de mis compañeras, coordina el último volumen de la revista Ínsula para contarnos cómo ese Machado integral ha sido, es y será referente de poetas, escritores y críticos a lo largo de toda nuestra historia, desde todos los signos políticos y estéticos. Desde el apego y la exaltación, hasta incluso el rechazo, todos hemos, en alguna ocasión, hablado de su vida y su obra.

Un hombre que fue "en el mejor sentido de la palabra, bueno", presintió en su retrato poético, muchos años antes de su muerte, la sencillez silenciosa y la inmensa dignidad con que nos dejó.

"Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar."

domingo, 15 de febrero de 2009

MARTA




No quiero decir mucho hoy.

Sólo quiero que recordéis su imagen; como recordamos la de Mari Luz, Sonia, Rocío, Miriam, Desirée, Toñi, Sara...

martes, 10 de febrero de 2009

DEGOLLANDO POETAS

Los poetas siempre han sido gente melancólica, entristecida y llorosa. Y, por extensión, los que estudiamos historia de la poesía, y encima somos tan complicados de pretender darle una explicación lógica a algo que, por su misma esencia, es ilógico, nos volvemos llorosos también.
Pero ya sabéis, para contrarrestar, yo me busco amigos que me alegren la vida. Y ahí estaba hoy Cuchufletas, lista para pasarme un enlace otra vez para llorar... pero de risa.
El sindicato del mono degollado
es un blog que no os podéis perder. Un lugar de encuentro para los que todavía penséis que se puede deconstruir -qué postmoderno- lo serio, lo elevado, lo canónico, lo socialmente establecido. Por este blog se pasean poetas raros, pero también otros bien conocidos y respetados. Me quedo hoy con una entrada dedicada a don Antonio. Aunque en este caso me temo que el degollado no es el poeta... sino el señor Serrat y sus adaptaciones.

Hay que reconocer que ponerle música a una obra de arte de la palabra es complicado de narices. Serrat de vez en cuando no lo hace mal. A otros, como Paco Ibáñez, les sale un poquillo peor. Y en el colmo de los colmos, aunque ella no sea la autora material del asesinato, Ana Belén y su disco dedicado a Federico.

De todas formas, como hoy estoy por el buen rollo y el amor universal (los disgustos para mañana, cuando lleguen noticias del Ministerio), diré que nunca he sido capaz de memorizar versos. Sólo una vez he podido hacerlo; y fue precisamente gracias a la musiquilla de Ana Belén, tan horrenda que se me metió en la cabeza hasta que los versos de mi poema favorito, el "Romance de la Pena Negra", se quedaron grabados para la eternidad (os evito la tortura). Fito Páez, con lo mismo, nos soluciona el invento con algo más de elegancia

Uno ya no sabe a quién degollar...