miércoles, 14 de enero de 2009

VERDAD, MENTIRA, FANTASÍA Y REALIDAD



La historia hace veinte años parecía auténtica.
El Rey Aurelio, vaya usted a saber por qué razones -nunca nadie terminaba de explicárnoslo- tenía que entregar cada cierto tiempo a las autoridades musulmanas un grupo de doncellas. Y lo hacía, ¡qué bonito!, en mi pueblo. A mí, que para esto siempre he sido un poco reivindicativa, me enfurecía que el señor monarca anduviese por ahí regalando chicas... y más si eran vecinas. Nunca me pregunté a qué otras cosas se dedicaba el tal Aurelio, o qué era lo que le había dicho a los moros para que se produjese semejante agravio. Porque yo estaba segura de que la gente de mi pueblo no había hecho nada. Eso tenía que haber sido alguna metedura de pata del rey, sin duda.
Pero el caso es que, lo miraras por donde lo miraras, el pueblo se llamaba El Entrego porque nos dedicábamos a entregar doncellas. Sin más discusión.
Tierna ingenuidad de la infancia.
El primer día de curso en la facultad, 9 de la mañana, primera clase de mi vida universitaria. El profesor de latín nos pregunta de dónde somos, para explicarnos algunas de las etimologías que daban vida lingüística al nombre de nuestras ciudades. Y yo, más feliz que nadie, le suelto que mi pueblo se llama como se llama por el asunto de las doncellas...
Y sí, sé que esto ya no es la tierna ingenuidad de la infancia. Esto es ni más ni menos que mi incorregible espíritu literario... mejor la leyenda que la realidad, siempre.
Pues no. Se rió todo lo que pudo y un poquito más. "Intraicum", desembocadura. Toma ya. Resulta que los arroyuelos de la zona desembocaban todos en el río Nalón a su paso por El Entrego. Infancia destrozada. Como con los Reyes Magos, o Espinete, o el Ratoncito Pérez o David el Gnomo y su libro secreto... Qué manía con desvelarme las verdades de la vida y derribarme a mis héroes.

El caso es que con la tontería, debí caerle bien, porque el resto del año se lo pasó siendo maravillosamente cercano, accesible y cariñoso con una servidora, que aprendió más latín que nunca en su vida. Etimologías incluídas.


Eso sí. Ahora entenderéis por qué me gustan las leyendas, los cuentos, la fantasía, soñar despierta, los Reyes Magos, el ratoncito Pérez, Espinete y David el Gnomo con libro secreto incluido.
Porque existir, existen. De alguna manera existen. Y el que me diga lo contrario, miente. O fabula.

10 comentarios:

Reithor dijo...

Yo no soy quién para decir que los cuentos no existen :)

De todos modos el hecho de que se puedan hallar varias explicaciones al nombre de un lugar no deja de ser riqueza cultural, siempre que se sepa que es cierto y que no lo es. Si no se sabe degenera en cultismo.

Me quedo con la historia de las muchachas que pasan a ser tratadas como reinas por el sultán en lugar de segar espigas a partir de las 4 am...

Unknown dijo...

Bonita historia, pero solo apta para menores.
Ahora SMRA, no se yo, no es tan bonito como la propia historia no?.
Y del Entrego, las Cebollas Rellenas y poco más no?.

Rustis dijo...

Reithor, me encanta cómo me ayudas siempre a ver el lado positivo. Sí señor, igual de verdad las doncellas ganaron con el cambio :-)

Asmodeo, no creo que la historia sea para menores, de verdad que no. Creo justo lo contrario.
Y sobre las bellezas y bondades de mi pueblo y municipio, "no comments", se ve que no miraste bien la foto ni te paseaste por allí ;-)

Reithor dijo...

Ya te digo, las cebollas famosas son las del valle de Bedoya, que ayudan a que te crezca la... (según la mitología local, tendría que ser confirmado por alguien dispuesto a confirmarlo que no es mi caso)

Y en serio, este pueblo tiene la ruta para subir a la Braña de los Tejos, uno de las agrupaciones más extensa de tejos que hay en España. Es realmente impresionante ese lugar, donde los Druidas hacían sus ritos antes (y durante) las incursiones romanas.

Cuchufletas en Vinagre dijo...

Mira, pues en mi pueblo tenemos un Santo, que es San Fernando de Ayala. Pero en realidad no es santo sino beato, por que no hemos pagado para hacerle santo. Pero le llamamos santo por que nos da la gana.

Vamos, que tu sigas contando la historia del "entrego" por que es más bonita. Y Santas Pascuas.

Unknown dijo...

Vaya si conozco la zona, fijese que hasta conocí Kaos en su pleno explendor.
Igual hasta nos cruzamos por allí.

Rustis dijo...

Reithor, Cuchufletas, me encantan estos posts, porque al final todo el mundo acaba explicando su historia rara, curiosa, inventada...

Asmodeo... ¿¿¿Kaos??? Madredelamorhermoso...
Vale, voy a cambiar mi comentario; conoces la zona, pero vaya, que si tu mayor recuerdo son las cebollas y Kaos... es que hace muuuuucho que no vas, pero muuuuucho. O que nadie te lo ha enseñado como debe ser.
Ains, lo que hay que aguantar, tendré que enseñar más cosas del pueblo...

Reithor dijo...

Asmodeo, creo que eso es una invitación en toda regla ;)

Bego mis "historias" son ciertas. Está aún hasta el altar de sacrificios en medio del claro allí arriba en la braña. Lo de la cebolla de Bedoya ya no se :D

Unknown dijo...

Vale, conozco más cosas, pero me gusta picar, también conozco la campa'l abedulio o como coimes se diga.
EL parque de la Laguna, y las fiestas de la Laguna y la Lagunina, todos vestidos de medievales.
Conozco el museo de la mineria.
Conozco el cementerio y las zonas cercanas, y voy a hacer un comentario, me parece que esa foto que muestras está cerca del colegio de las monjas.Por encima más bien.
Que más conozco, el Japón, jeje, así llamaba un amigo mio a un barrio de la zona. El "centro comercial", por llamarlo de alguna manera.
(Que conste que conozco bien aquello). Quien sabe, igual algún día dejo que me enseñes aquellos andurriales.

Unknown dijo...

No habrá más posts?